Maria Ignacia Vela fue el pueblo que inspiro
grandes historias del célebre escritor argentino, Osvaldo Soriano. Un nuevo
destino para conocer y sumergirse en un viaje a través del tiempo.
Estación de trenes de Vela |
La
idea de viajar y alejarse por un rato de la gran ciudad siempre es seductora.
Más aún si la invitación es encontrar la paz, que solo brinda las sierras que
enmarcan el paisaje de aquellos pueblos perdidos en el olvido. Por tal razón, en
esta ocasión conoceremos un poco más sobre María Ignacia-Vela, un pueblo ferroviario
detenido en el tiempo que se encuentra a tan sólo 50 kilómetros de Tandil
Provincia de Buenos aires.
Maria Ignacia vela es un pueblo pequeño con dos nombres.
El curioso origen de esta doble denominación nace de una rivalidad entre dos
familias: los
hermanos Felipe y Pedro
Vela y el terrateniente Vicente Casares.
Osvaldo Soriano, escritor y periodista argentino |
Cuenta la historia que corría el año 1885
cuando los hermanos Vela donaron tierras, para que el tendido de vías del
Ferrocarril pueda extenderse hacia Bahía Blanca. Por tal razón, en honor a
ellos la estación se llamó Vela. Pero las tierras donde se erguía este pequeño
poblado, fueron donadas por el estanciero Vicente Casares quien en honor a su
madre bautizó dicha comunidad con el nombre de María Ignacia.
El pueblo de
calles anchas y construcciones chatas cuenta con pulperías, almacenes de
ramos generales, museos y un balneario para disfrutar de un día diferente. Cada
rincón de Maria Ignacia Vela es un tesoro por descubrir. Entre los recuerdos
que esconden sus enormes plazas, comercios y las pacificas calles este pequeño
pueblo, se encuentra el “Bar de Tito”, donde varias veces se sentó a beber un
trago y leer un buen libro el célebre escritor argentino Osvaldo Soriano
Soriano nació el 6 de enero de 1943 en Mar del Plata. Desde muy pequeño deambulo por distintos pueblos de Buenos Aires
hasta encontrar su hogar. Este nomadismo de su niñez lo marcó para siempre,
reflejando aquellos años de su vida en sus novelas. Gran parte de la juventud del escritor
argentino se desarrolló en Tandil y el
pequeño pueblo Maria Ignacia.
"Bar de Tito", en María Ignacia Vela, donde Osvaldo Soriano solía pasar sus tardes |
Tiempo después se instaló en Buenos Aires,
donde trabajo como periodista en la revista Primera Plana, colaboró con las
publicaciones Panorama, Confirmado y en los diarios El Eco de
Tandil, Noticias, El Cronista y La Opinión. Además fue co-fundador de Página/12, donde trabajó como asesor de directorio
y columnista de contratapas, hasta su exilio obligado durante la dictadura
militar
Por esas cosas de la vida, el destino lo llevó a vivir
nuevamente una vida nómade, pero esta vez recorriendo rutas europeas. Quizás el
viajar tratando de encontrar su lugar en el mundo o la necesidad de no olvidar
su tierra de origen, lo llevaron a escribir novelas sobre aquel pueblo que lo
vio crecer: Maria Ignacia Vela.
Vela o “colonia de Vela” para el
escritor, es un pequeño poblado de construcciones poco ostentosas que inspiran
a rememorar viejas épocas e imaginarse en la piel de los protagonistas de las historias
“No habrá más penas ni olvido” y
“Cuarteles de invierno”.
Balneario de María Ignacia Vela |
El recorrer las calles de este recóndito
lugar que fue musa inspiradora de Osvaldo Soriano, permite conocer un poco más
sobre su historia y la de aquellos inmigrantes españoles e
italianos, que poblaron esas desoladas tierras a principio del siglo pasado.
Maria Ignacia Vela, es una invitación a viajar
en el tiempo y disfrutar de la historia e
intentar entre sus viejas construcciones recrear el ambiente de otras
épocas.
Para Crac! magazine, por:
María Florencia Ferreyro Licenciada en
Periodismo.
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